Siempre se habla de la importancia que las mascotas tienen en nuestro día a día. Los perros se vuelven parte de nuestra familia a tal grado que cuando llegan a fallecer se entra en un periodo de luto y duelo que no es fácil de superar para la mayoría. Pero pocos saben que también se vive el mismo efecto al revés, es decir, cuando el humano muere, nuestros amigos de cuatro patas necesitan un proceso para superar la situación, y esto es lo que recomiendan los especialistas.
Cuando pasamos gran tiempo con nuestra mascota generamos un vínculo que no solo es importante para nosotros, sino también para nuestros amigos peludos, razón por la cual es que tras la muerte de su dueño, pasan por un duro periodo de duelo en el que, incluso, llegan a enfermar y hasta a fallecer también.
Si alguna vez ha pasado por una situación como esa se dará cuenta de que el perro efectivamente desprende un sentimiento de tristeza y constantemente está en búsqueda del humano con el que pasaba la mayor parte del tiempo, por ejemplo, buscando objetos personales que tengan su olor, lo cual los ayuda a calmar su ansiedad.
Aunque se trata de un proceso que básicamente sanará el tiempo, es importante poner atención a nuestras mascotas que están sufriendo, pues, dado que no comprenden lo que realmente está sucediendo, pueden quedarse con la sensación de que su amigo humano simplemente los abandonó, lo que generará un sentimiento mayor de depresión que los llevará a dejar de comer y realizar sus actividades.
Los perros generan fuertes vínculos con sus dueños.
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3 recomendaciones para tratar el duelo de un perro
Si el dueño de un perro llega a fallecer, estas son tres recomendaciones de los especialistas para ayudar a la mascota a superar la pérdida.
La primera recomendación de los expertos es, en la medida de lo posible, mostrar al perro el cadáver de su ser querido, pues a través del olfato se dará cuenta de que su dueño ya no regresará.
Ya sea que lo anterior sea posible o no, la segunda recomendación es que el perro mantenga su rutina. Trate de mantener los horarios, darle de comer a las mismas horas llevarlo a pasear, jugar con él, de manera que note menos la ausencia.
Si a pesar de lo anterior la mascota sigue presentando depresión y se niega a comer y realizar sus actividades, lo mejor será llevarla con un veterinario de manera que pueda recetarle algún tipo de suplemento que mejore su energía.
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